No estar listo
“Vivimos en un contexto que se empeña en llenarnos de inseguridades, en hacernos luchar contra un tiempo que se va a acabar imponiendo, en odiar lo que más tendríamos que querer”.
Paula Bonet, ilustradora y pintora española.
¿Alguna vez has sentido que no estabas listo para algo? Tal vez fue un nuevo trabajo, una relación, o incluso un cambio de ciudad. Es esa sensación de mariposas en el estómago, pero no precisamente de emoción, sino más bien de nerviosismo y duda.
En la película “El Discurso del Rey”, vemos a un rey que claramente no se siente preparado para asumir el trono en un momento crítico de la historia. Su tartamudez se convierte en un símbolo de sus propias inseguridades y miedos. ¿Cuántas veces hemos visto en nosotros mismos o en otros esa lucha por enfrentar nuevos desafíos para los cuales no nos sentimos listos?
Pero, ¿qué significa realmente estar “listo”? ¿Es tener todas las respuestas, toda la experiencia necesaria, o simplemente es tener la voluntad de intentarlo?
Considera la primera vez que intentaste algo completamente nuevo. Quizás fue aprender a manejar, hablar en público, o liderar un proyecto. Probablemente no te sentías listo. Pero, ¿cómo sabías que no estabas listo? ¿Fue por falta de habilidades, por el miedo al fracaso o simplemente por la presión de las expectativas?
A menudo, no sentirse listo puede ser una combinación de no tener suficiente confianza en nuestras habilidades y el miedo a lo desconocido. Es fácil pensar en todos los escenarios posibles en los que las cosas podrían salir mal. Pero, ¿y si salen bien?
¿Cuántas oportunidades has dejado pasar porque no te sentías completamente preparado? ¿Cuántas veces has visto a otros avanzar porque estaban dispuestos a dar un paso al frente, a pesar de no sentirse 100% listos?
Hoy, donde el éxito parece medirse por cuán rápidamente logramos nuestros objetivos, no estar listo puede sentirse como una debilidad. Sin embargo, puede ser también una fortaleza. Admitir que no estás listo puede ser el primer paso para realmente prepararte. Puede darte el tiempo para aprender más, para crecer y para construir una base sólida antes de dar el siguiente paso.
Ahora bien, piensa en las veces que te has sentido no listo pero has procedido de todos modos. ¿Cómo resultaron esas experiencias? A menudo, estas situaciones nos enseñan más sobre nosotros mismos que cualquier éxito efímero. Nos enseñan a ser resilientes, a adaptarnos y a superar nuestros miedos. Incluso, nos preparan mejor para futuros desafíos, fortaleciendo nuestra capacidad para manejar la incertidumbre.
Sin embargo, es importante diferenciar entre no estar listo y no querer estarlo. A veces, el no querer enfrentar algo nuevo puede disfrazarse de no estar preparado. ¿Es realmente la falta de preparación lo que te detiene, o es el miedo a salir de tu zona de confort? ¿Podría ser que, en el fondo, lo estás evitando?
La próxima vez que te enfrentes a una situación para la cual no te sientas listo, hazte las siguientes preguntas: ¿Qué es lo peor que podría pasar si lo intento? ¿Qué es lo mejor que podría suceder? ¿Qué necesito aprender o hacer para sentirme más preparado? Estas preguntas pueden ayudarte a ver la situación desde una perspectiva más equilibrada y a tomar una decisión más informada.
Cada persona avanza a su propio ritmo. Lo que para uno es el momento perfecto, para otro puede ser demasiado pronto o demasiado tarde. Respetar nuestro propio tiempo es importante. No se trata de rapidez, sino de cómo evolucionamos.
No estar listo no es necesariamente algo negativo. Puede ser una invitación a examinar más de cerca nuestras razones, a fortalecer nuestras habilidades y a desarrollar una mayor comprensión de nosotros mismos y de nuestros límites. A veces, no estar listo es simplemente una señal de que aún estamos en proceso, y eso está bien.
Así que, ¿estás realmente no listo, o estás a punto de descubrir una nueva fortaleza en ti mismo? Esta decisión puede ser el comienzo de una aventura que nunca imaginaste, llevándote a lugares y experiencias que nunca esperaste vivir. Inténtalo.
“Razonas bien y tu mente es astuta, pero tienes demasiados prejuicios. No dejas que tus ojos vean lo que tus oídos escuchan”.
Bram Stoker, Autor irlandés.
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¡Que tengas un buen día!
